En la construcción existen muchos materiales que se utilizan porque son indispensables. Una de las opciones en esta rama es el hormigón reforzado con fibras, que se volvió necesario para varios elementos.
Su uso se extendió en las últimas décadas y hoy en día es uno de los más empleados.
La razón principal de su uso es por la resistencia que posee. Para lograr este material es preciso realizar un procedimiento.
Entérate más sobre este producto y obtén toda la información relevante en el siguiente artículo. Descubrirás desde qué es hasta los tipos más usados en la actualidad.
Este material hace referencia a un hormigón normal que ha sido tratado y se le ha añadido ciertos filamentos adicionales. Los elementos que se le agregan son específicamente fibras, que por lo general son pequeñas o moderadas. Además, se esparcen mediante un proceso bien definido.
El procedimiento para reforzar el hormigón tradicional a través de fibras consiste en añadírselas en la composición. El momento exacto cuando se le agregan es en el instante en que se está amasando el producto. Esto da como efecto varias ventajas en el resultado final y favorece para su utilización.
Dentro de los beneficios se encuentra que se hace más fuerte a los posibles cambios de temperatura. También, ayuda a soportar los esfuerzos de tracción, esto se logra gracias a la incorporación de las fibras. Asimismo, el producto se vuelve resistente, potente, compacto y con mayor firmeza.
La idea principal de anexar fibras a un hormigón para reforzarlo es para evitar varios inconvenientes. A parte de resistir los procesos a tracción existen más problemas que se impiden con ello. Por ejemplo, con este material no es necesario utilizar otros de precios elevados y grandes cantidades o tamaños.
Cuando se incorporan esta clase de filamentos al hormigón es posible obtener un producto con mayor homogeneidad, uniforme y resistente. Pero ten en cuenta que no existe un único tipo de fibras empleadas en dicha mezcla. Por el contrario, conseguirás varias clases en el mercado.
Estas dependerán de cómo estén fabricadas y a base de qué se encuentran realizadas. Entre ellas están los hormigones de fibras de nylon o con fibras naturales como caña de azúcar, coco, etcétera. Sin embargo, las más comunes son las de fibras metálicas, de vidrio y de polipropileno.
Con cada tipo de fibras empleadas en el hormigón se pueden realizar artículos esenciales para diferentes estructuras. Es decir, dependiendo de qué estén hechas son utilizadas en otros productos específicos.
En el caso de las fibras metálicas se encuentra entre las que tienen mayor demanda. Los hormigones con fibras metálicas se emplean en conductos de humo, también en el revestimiento refractario de hornos, tubos, túneles y más. En este caso las más populares son las de acero.
Ofrecen un resultado óptimo, poseen gran módulo de elasticidad y además monetariamente son factibles. Una vez que se añaden las fibras metálicas, específicamente de acero, el hormigón incrementa la resistencia a tracción.
Igualmente, mejora el soporte a la tenacidad o la fatiga que se puede presentar. También eleva la firmeza de compresión. Para ello deben estar bien dosificadas y elaboradas.
Otro tipo son los hormigones con fibras de polipropileno, que se incluyen dentro de la categoría de fibras plásticas. El fin de emplear estos filamentos es debido a que elevan la resistencia a flexión que quizás aparezca.
Evitan posibles daños o fisuras en el hormigón en caso que haya retracción. La cantidad de fibras que se le agregan al hormigón definirá qué tan firme sea ante futuras alteraciones estructurales.
Los que la elaboran deben tener cuidado de utilizar una dosificación exacta y que se ajuste al resto de los materiales. Esto con el fin de obtener efectos positivos o adecuados. Se deben incorporar en la masa de una manera homogénea.
Las fibras pueden tener varios tamaños y longitudes que estarán sujetas al fin que se desea lograr. Un aspecto relevante de este tipo de hormigón es que tolera los impactos. Al hormigón con polipropileno no se le formarán erizos u otros.
También están los hormigones con fibras de vidrio. ¿Cómo funcionan? y ¿qué beneficios te dan? El propósito de emplearlos es simple y sus ventajas son múltiples.
Los hormigones realizados a base de filamentos con cristales como estos resaltan por su gran soporte a cualquier tracción. Adicionalmente poseen un elevado módulo de elasticidad. Para añadirlas al instante del amasado, es necesario que se incorporen las fibras unidas y no dispersas.
Con ello se busca darle mayor resistencia y conseguir una mezcla adecuada. También posee alto soporte a compresión. De utilizarlas debes estar pendiente de varios detalles concretos. Uno de ellos es que posiblemente pueden ser contrarrestadas por los álcalis de ciertos cementos.
El porcentaje de agua, cemento y filamentos deben ser acordes con el propósito de lograr un resultado de firmeza.
El hormigón reforzado con fibras evita diferentes inconvenientes al momento de efectuar una edificación de cualquier índole. Con el paso del tiempo este material ha evolucionado para hacerlo más potente.
Posee diferentes características que se resumen de la siguiente manera:
El hormigón normal y el reforzado con fibras tienen varias diferencias, considerando que el segundo parte del primero. El tradicional presenta fallas de soporte a tracción. Esta dificultad se arregla sumándole filamentos que potencian el producto.
Además, el hormigón normal no resiste a la fatiga, cambios de temperatura, la compresión y fisuras.
En cambio, cuando se refuerza con ciertos tipos de fibras el material es capaz de tolerar todas estas modificaciones. Con esto se obtiene un producto para elaborar diferentes artículos en la construcción.
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