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Hormigón Fluido

A la hora de realizar una construcción, es de vital importancia la correcta elección de los materiales a utilizar. Debido a que la realización de la obra suele ser una tarea bastante elaborada, y en algunos casos compleja, el empleo de elementos que faciliten su ejecución, sin duda nos ayudará a que el proceso sea más llevadero.

 

Entre los materiales más recomendados, por su menor tiempo de elaboración, fácil aplicación y resultados de gran durabilidad, se encuentra el hormigón fluido.

 

Este último, es un material ampliamente utilizado en la construcción, por su elevada fluidez. Su aplicación se ubica principalmente en la edificación de elementos esbeltos, de gran superficie, difícil llenado, y/o donde se requiera un mínimo de vibración durante su colocación y consolidación.

 

El hormigón fluido no sólo se caracteriza por facilitar el proceso de colocación durante la construcción, sino que su alta resistencia a la compresión, luego de su consolidación, hace que este material sea predilecto a la hora de buscar un resultado eficiente y de gran durabilidad.

¿Qué es el hormigón fluido?

El hormigón fluido es un material líquido y compuesto, utilizado en la construcción, que está constituido principalmente por un aglomerante, al cual se agregan áridos, agua y aditivos específicos. 

 

En la mayoría de los casos, el cemento es el aglomerante de elección; a este conjunto de elementos, es necesario adicionarle agua, en una cantidad proporcional, para la hidratación de la mezcla. Una vez generada la misma, deben añadirse los áridos, entre los que se destacan, la gravilla, arena y grava. 

 

Producto de los elementos hidratados, se genera una mezcla, homogénea, compacta, fluida y moldeable, con propiedades adherentes, ideales para todo tipo de construcciones. Una vez seca, a las pocas horas, da lugar a un material de consistencia pétrea y gran resistencia.

 

La densidad del hormigón fluido varía dependiendo de la proporción del agregado, la cantidad de aire ocluido, así como la cantidad de agua y aglomerantes. Producto de las cantidades proporcionales, se obtiene un material con características perfectas para el llenado de grandes espacios, con la inversión de un menor tiempo y esfuerzo.

 

¿Cuáles son las ventajas del Hormigón Fluido?

La fluidez del hormigón hace que este material se adapte a todo tipo de formas, según la visión del proyectista, lo que genera una amplia variedad de usos en distintos sectores. Así mismo, puede aplicarse con gran facilidad a través de la superficie, disminuyendo de esta forma, los tiempos de descarga y colocación.

 

La mayor eficiencia durante el proceso de la obra, trae consigo la obtención de mejores resultados, ya que el tiempo adicional puede utilizarse para ultimar detalles y dar lugar a una terminación exitosa del producto.

 

Su fácil distribución se genera principalmente por efecto de la gravedad; es por ello, que, con la utilización del hormigón fluido, disminuyen los tiempos de vibrado. Lo antes mencionado, no sólo contribuye a una mayor productividad del trabajo, genera también una reducción de la mano de obra, lo que produce una disminución de los costos de fabricación.

 

Con el uso de hormigón fluido, el aumento de la eficiencia, no implica un resultado de menor calidad; de hecho, una vez producido el fraguado, se obtiene un acabado final sin poros, con buena terminación y de superficie bastante lisa.

 

Al compararse con otro tipo de hormigones, presenta un menor nivel de retracción, lo que hace que el producto resultante sea de mayor durabilidad. Así mismo, su mayor consistencia líquida, hace que puedan emplearse distintas maquinarias para su aplicación, principalmente en la construcción de edificaciones grandes y extensas.

 

Su principal característica estructural es la excelente resistencia a la compresión que posee, así como una destacable durabilidad, con respecto a otro tipo de materiales. En muchos casos, suelen emplearse barras de acero para aumentar, tanto su resistencia a la tracción, como al esfuerzo cortante.

 

Aplicaciones y usos

Las propiedades características del hormigón fluido, lo convierten en un material moldeable y versátil, que hacen que su eso sea extenso, aplicándose cada vez más, en todo tipo de construcciones.

La mayor consistencia líquida del hormigón fluido, en comparación con otros materiales, hace que este sea ideal para rellenar superficies extensas y de complejo acceso, como en el caso de muros muy estrechos, moldes para pilares o machones.

 

Así mismo, su fluidez permite su aplicación para la realización de estructuras con alta densidad y armadura, que necesiten una mayor vibración posterior, así como en el rellenado de moldajes modulares con un tamaño extenso y de espesor pequeño.

El hormigón fluido es ampliamente utilizado en la construcción de grandes y amplias obras de edificación, en las cuales se requieren una rápida aplicación y llenado, con un gran rendimiento y productividad.

 

Sus resultados de acabado final sin poros, superficie lisa y buena terminación, hacen que este material sea el predilecto en la ejecución de obras esbeltas y con diseño cuidado; tal es el caso de los muros externos de edificaciones industriales pesadas, en las cuales suelen buscarse resultados de mayor exigencia superficial, y menor grado de corrección posterior.

 

Las estructuras que abarca su utilización son amplias e incluyen, soportes estructurales, por la gran solidez y capacidad de carga que proporcionan; entre las formaciones que pueden ejecutarse utilizando hormigón fluido se encuentran, la construcción de vigas, muros de carga, soportes, columnas, trabes y pilotes.

 

En la realización de techos y estructuras de altura elevada, suele emplearse también con bastante frecuencia; su fluidez y mayor proporción de líquido, hacen que sea un material de fácil bombeo, que pueda llegar a grandes alturas, sin tener atascamientos o taponamientos en el proceso, lo que facilita la colocación de tejados, con un menor esfuerzo.

 

El hormigón fluido es ideal para la realización que requieren resultados prolijos, con acabado pulcro y de perfección; tal es el caso de las superficies externas de edificaciones como casas, edificios, centros comerciales y terrazas.

 

Así mismo, su practicidad, fácil distribución y aplicación, lo convierten en el material de elección en la construcción de obras extensas, que a su vez deban realizarse en un periodo corto de tiempo, como barrios residenciales, centros hospitalarios, parkings y terrazas.