Si estás pensando en construir o reformar algún espacio, debes tener en claro cuáles son las diferencias entre cemento, mortero y hormigón.
Esto es así porque en el ámbito de la construcción o el bricolaje solemos confundir y utilizar los términos cemento, mortero y hormigón como si se tratase de una misma cosa.
Es decir, las tres términos suelen emplearse cuando se habla de la mezcla que usamos, ya sea para pegar bloques, baldosas, hacer una pavimento o empañetar una pared; o cuando vamos a construir elementos estructurales de gran tamaño y responsabilidad al momento de soportar grandes cargas.
Aunque los términos se utilicen como semejantes, la verdad es que son muy diferentes.
A continuación, te explicaremos cuáles son las diferencias entre cemento, mortero y hormigón.
El cemento es el elemento clave y en común entre el mortero y el hormigón, pues es esencial para favorecer la unión de ambas mezclas.
El cemento es un conglomerante compuesto de una mezcla de caliza y arcilla calcinadas, las cuales se muelen formando un polvo gris que cuando este se combina con agua permite el fraguado y endurecimiento de una mezcla sólida, facilitando la unión de cualquier elemento de construcción.
Se le conoce también como cemento Portland, pues su color se asemeja al de las canteras ubicadas en la isla de Portland, en el Canal de la Mancha, Inglaterra.
Como puedes ver, el cemento es el elemento clave tanto en el mortero como en el hormigón. Ahora te explicaremos que es el mortero para que notes la diferencia y no los confundas más.
El hormigón, también conocido como concreto, si bien para formar la mezcla que lo conformará necesitamos cemento, arena, agua, etc., a diferencia del mortero, también lleva agregados de gran tamaño, como la grava y en algunas ocasiones suele llevar algún aditivo especial.
Pero, aunque estos mismos elementos se utilicen para formar un mortero, existe una gran diferencia entre hormigón y mortero.
El uso principal del hormigón es formar una base sólida, capaz de soportar grandes cargas, como estructuras metálicas, postes, etc. Esto es porque la mezcla de sus componentes crea una argamasa altamente sólida y resistente que soporta mucho peso y alto tráfico.
Su uso en la industria de la construcción es imprescindible, pero su aspecto pétreo no es flexible. Esta es la razón por la cual se requiere de un "esqueleto" en metal con el fin de complementar esta carencia.
Entonces, cuando incluimos varillaje en el hormigón, este se denomina "hormigón armado".
Es decir, si vamos a construir un pavimento, primero preparamos la base del terreno. Limpiamos, nivelamos y compactamos la superficie para luego delimitar y encofrar la superficie a pavimentar.
Pero si el pavimento que vamos a construir tendrá que soportar mucho peso o un alto tráfico de maquinaria pesada para suplir la falta de flexibilidad, incluimos un varillaje y ciertos aditivos que le darán mayor resistencia y durabilidad.
Este armazón con varillas deberá estar debidamente calzado para que quede con la altura adecuada dentro del hormigón que formará una loza sólida, resistente y flexible.
Por otro lado, existen varias clases de hormigón, dependiendo de su uso: hormigón en masa, hormigón ciclópeo, hormigón armado, pretensado, hormigón ligero, etc.
Ahora cuando veas qué es un mortero terminarás de entender el concepto de estos grandes pilares de la construcción.
Cuando te explicamos qué era el hormigón, te hemos dicho que su mezcla se forma de manera muy similar al mortero.
Es decir, consiste en una mezcla de arena (fina), cemento, agua y algún aditivo que favorezca aún más la adhesión y su trabajabilidad.
Existen muchas clases de mortero, como el mortero de cemento, mortero monocapa, mortero seco, mortero de cal, mortero refractario, etc.
Pero, por ejemplo, no usamos mortero para construir un pavimento, ya que no contiene otros elementos clave que garantizan su resistencia, como es el caso de los agregados gruesos (sí utilizados en el hormigón).
Pues el mortero no tiene la rigidez necesaria para soportar cualquier cosa construida sobre él, lo que traería como resultado una falla o colapso de la estructura.
El mortero se utiliza mucho en la albañilería y la construcción porque la argamasa que se consigue con él sirve para recubrir paredes, fijar ladrillos y miles de usos más. Esto es porque no es conveniente que el mortero sea tan fuerte o sólido como sí lo es el hormigón. ¿Por qué?
Pues porque al usar mortero para fijar ladrillos, bloques o para recubrir una pared, este se verá sometido a movimientos de desplazamiento tanto por expansión como por la contracción de sus materiales. Así como al movimiento del suelo, asentamiento de la estructura, entre otros.
Si el mortero se hace tan fuerte como el hormigón, no podrá retirarse fácilmente de la pared para ser reemplazado, si se da una falla como las antes mencionadas.
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