Sin temor a equivocarnos, la durabilidad del hormigón ha sido algo que se ha evaluado desde la antigüedad. Las construcciones greco romanas utilizaban este material y a día de hoy podemos ver cómo algunas se han podido conservar.
En la actualidad prácticamente todas las estructuras utilizan hormigón o cemento rápido, aunque son muchos los factores que determinan su eficacia. Pues la mezcla que los componen debe ser tratada de forma especial para que pueda responder a distintos elementos.
Sobre todo, los de índole natural, como la corrosión, los efectos del aire o la humedad. Mismos que ponen en peligro su resistencia y soporte. No obstante, a continuación, analizaremos a profundidad todo lo referente a este particular tema.
La durabilidad del hormigón, se refiere específicamente al conjunto de factores que hacen que una estructura sea resistente. Esta tiene que estar constituida por este material, además tiene que tener un excelente comportamiento ante distintas condiciones físicas.
Recordemos que las edificaciones se hacen para tener una vida útil mínima de 20 años. Sin embargo, existen algunas que no llegan a cumplir ni la mitad. Estos hechos tienen que ver directamente en la calidad del hormigón o del cemento rápido, al momento de la construcción.
Durante la fase del proyecto, se debe diseñar la calidad del hormigón, esta se encuentra relacionada con los aditivos y agregados. Los cuales se utilizan para maximizar o disminuir su resistencia frente al ambiente donde se estará expuesto.
Es de suma importancia, cumplir los requerimientos necesarios, pues de no hacerlo los resultados pueden terminar en el colapso de la construcción.
El ejemplo más perfecto para hablar de la durabilidad del hormigón es que existen infraestructuras con por lo menos 2000 años. Esto, sin duda, nos pone en un contexto mucho más determinante.
Especialmente porque en esas épocas no existía la tecnología que utilizamos hoy en día. Muchas de las ideas que se utilizaban antes, todavía son utilizadas, sobre todo cuando se trata de hormigón.
Este material utilizado de la forma correcta puede perdurar por muchos años sin tener que sufrir cambios drásticos. Para ello es importante tomar en cuenta las condiciones a la hora de diseñar la mezcla, pues el ambiente influirá.
Al igual que el cemento rápido, el hormigón necesita condiciones específicas tanto de vaciado como de secado y mantenimiento. Estas cualidades sin duda harán que pueda perdurar a lo largo de los años sin problema alguno.
Del mismo modo, existen varios factores que pueden provocar un desgaste importante en el hormigón. Aunque es probable que los mayores errores se comentan en las primeras etapas de la obra.
Como con el cemento rápido, el material puede verse afectado por cargas muy excesivas, estas pueden ser dinámicas o estáticas. Otro factor determinante, son los movimientos del terreno, específicamente por un mal asentamiento o por que esté empiece a ceder.
Del mismo modo, los agentes climáticos y meteorológicos como el hielo, el frío, la humedad, el calor y el deshielo. Hacen que la estructura poco a poco pierda su compactación.
Por último, los agentes químicos actúan como catalizadores de grietas. Es por estas razones que la durabilidad del hormigón, vendrá dada directamente por los primeros estudios que se hagan acerca de las condiciones del lugar.
Cuando hablamos de la durabilidad del hormigón nos referimos concretamente a muchos conceptos basados en su vida útil. Algunos de ellos son los siguientes:
De servicio: es el tiempo que pasa desde que se ejecuta la infraestructura hasta que llega a un nivel importante de daño o deterioro.
Total: es el tiempo que comprende el momento de ejecución hasta el momento en que colapsó la estructura.
Residual: tiene que ver con el periodo que pasa desde que se supervisa hasta que la construcción deje de hacer la función para la cual fue diseñada.
Útil: es el tiempo que transcurre cuando un agente agresor empieza a dañar la estructura. A menudo debilitando la capa protectora del hormigón.
Prevista: es el tiempo que se supone que debe perdurar la infraestructura. Se toma a partir de los distintos requisitos arquitectónicos, funcionales, perdurables y de seguridad.
Fin de la vida útil: se trata del momento exacto en el que la construcción deja de cumplir con las cualidades para la que fue diseñada. En especial su resistencia y durabilidad.
Todas las estructuras compuestas por hormigón se pueden ver afectadas por agentes tanto físicos como químicos. Lo que equivale a una degradación progresiva de la construcción y a su deterioro final.
Por un lado, las acciones físicas son la consecuencia de la naturaleza tales como el agua y sus distintos comportamientos. Al volverse hielo genera mayor tensión en el hormigón, a esto le agregamos la humedad que deteriora aún más rápido.
Los cambios bruscos de temperatura también equivalen a grandes cambios en la durabilidad del hormigón. Reduce su resistencia debido a la dilatación térmica.
El calor con el paso del tiempo produce calor de hidratación, lo que se resume en la aparición de grietas. A estas las acompañan las fisuras, por donde acceden las partículas que corroen la estructura.
La erosión, cavitación y erosión, son otros de los agentes que van debilitando al hormigón, hasta terminar con su vida útil. Por lo que de no frenarlos a tiempo, terminarán por destruir toda la estructura.
Del mismo modo, los ataques químicos afectan tanto al hormigón como al cemento rápido. La disolución de los propios compuestos de la mezcla, puede acarrear formación de sales muy perjudiciales.
También pueden presentarse ataques insolubles de mayor capacidad para dañar el hormigón. Estos son mucho más fuertes que los primeros generalmente son de origen externo.
Entre los agentes más agresivos que pueden perjudicar la resistencia del hormigón encontramos el agua salina. Esto ocurre mucho en obras que se encuentran cerca del mar y son sometidas a las salpicaduras por parte de las mareas.
Ahora bien, en lo que respecta a sustancias industriales, los ácidos son elementos altamente nocivos y agresivos para el hormigón. Ocasionan reacciones internas que desencadenan distintas acciones como el deterioro y la corrosión.
Aparecen fisuras, manchas de óxido y distintas manifestaciones que son visibles y que avisan que está pasando una situación. Además, el cloruro que se encuentra en la brisa cerca de regiones marinas, puede penetrar y debilitar el esqueleto metálico.
Se puede presentar corrosión en la armadura, esto sucede en el hormigón armado. Si bien, sabemos que existen distintas causas para que esto ocurra, generalmente la presencia de cloruro es lo más frecuente.
El fisuramiento es una puerta abierta a la humedad, el paso de oxígeno y otros elementos muy agresivos, como es el caso de los sulfatos. La presencia de contaminación como en de la pirita provoca una reacción destructiva en los poros del hormigón.
Es por estas y otras razones que los estudios primarios antes de llevar a cabo el proyecto son fundamentales. Especialmente para poder prever y prevenir los agentes agresivos que destruyen el material.
Una obra en hormigón según la normativa, debería por lo menos durar alrededor de 50 años de vida útil. El mantenimiento debe ser determinante para que esto pueda cumplirse.
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